Cuando se habla del “Profe”
Marroquín, inmediatamente se nos viene a la cabeza aquella gesta de 1985 con una Selección Colombia que mostró fútbol vistoso y lleno de resultados en el Suramericano Juvenil de Paraguay y posteriormente en el mundial de la Unión Soviética.
Llegó la identidad, el nuevo estilo, la nueva mentalidad y el cambio de la historia; allí comenzó el antes y el después de nuestro fútbol con una camada de jugadores llenos de condiciones, ávidos de triunfo y decididos a transformar el rumbo del balompié nacional.
Quien nos enseñó a ganar con estilo propio.
La historia con la Selección Antioquia comenzó en 1981, año en que tomó el cargo como técnico en propiedad, aunque desde 1976 ya acompañaba a los maiceros por invitación de Gastón Moraga, Justo Lopera y posteriormente de Ramiro Monsalve; al tiempo ya era instructor de un semillero en la unidad deportiva de Belén.
Se decidió por la dirección técnica porque prematuramente dejó el fútbol activo por una lesión de rodilla. Desde muy niño participó en el Baby Fútbol del año 1959 que organizaba Rodrigo Pérez Castro; jugó en la Liga en Segunda Juvenil con el técnico José Luis Zapata Toro. Pasó por equipos como la Selección Bello (que jugaba en el hipódromo San Fernando), Pantéx, la U. de A. y Fabricato con Don José Saúle. Estaba a punto de ir a Millonarios invitado por el “Cobo” Zuluaga pero su lesión de rodilla cortó el sueño de ser jugador profesional.
En 1969 ingresó a los Ferrocarriles Nacionales y allí necesitaban un entrenador de fútbol, cargo que tomó de manera empírica pero que fue la cuota inicial para comenzar sus estudios en el Colegio de entrenadores de Antioquia Cefán. En 1975 hizo su primera capacitación en la FIFA con Carlos Pereira, además cursos sobre manejo de escuelas de fútbol.
Su palmarés como técnico aficionado es brillante: ganó cuatro títulos con el Colegio Loyola en interescolares, un título con la Universidad de Antioquia Juvenil en la Liga Antioqueña y otro con el Colegio San Marcos en el festival de intercolegiados.
Grande con Antioquia.
En su primer año como técnico en propiedad de la Selección Antioquia, se coronó campeón de las Copas Coca Cola de 1981, 1982, 1983 y 1984. Al año siguiente, en 1985, no sólo comenzó con la Selección Juvenil de Colombia sino que fue asistente del Doctor Gabriel Ochoa Uribe con la Selección de Mayores en la Eliminatoria para el Mundial México 86. Antes, en 1983 ya había sido asistente del “Caimán” Sánchez en la Copa América del mismo año.
Cambió la mentalidad de nuestros futbolistas.
El suramericano de Paraguay cambió la historia, Colombia fue tercera y clasificó por primera vez a un Campeonato Mundial de la categoría con jugadores inolvidables como René Higuita, Jairo Ampudia, John Jairo Tréllez, John Edison Castaño, Wilson James Rodríguez, Romeiro Hurtado, Carlos Álvarez y Felipe Pérez entre otros; su asistente era Hugo Castaño.
En el Mundial de la Unión Soviética, Colombia pasó a la segunda fase, ganó por primera vez en un certamen orbital a Túnez 2-1. En la ronda siguiente se enfrentó a Brasil perdiendo 6-0, equipo que al final se coronó campeón mundial. Allí Colombia se ganó el trofeo de Juego Limpio y al final ocupó el octavo puesto. Desde esta Copa Mundial, Colombia ha sido permanente competidor, teniendo inclusive la organización del último torneo en territorio colombiano.
El profesor Marroquín ha difundido sus conocimientos y experiencias en espacios radiales como en “Goles y Maestros” con Hernán Peláez Restrepo, Iván Mejía y Wbeimar Muñoz Ceballos. Estuvo con el grupo de Rafael Linares, columnista de diarios locales, ha sido docente en la Universidad Cooperativa de Colombia y ha asistido a un sinnúmero de cursos y seminarios a nivel local e internacional.
Actualmente su escuela de fútbol se encuentra en etapa de reestructuración. Su último aporte con los seleccionados de Antioquia fue en 1988 como asesor, cuando el conjunto paisa ya contaba con Juan José Peláez y Carlos “Piscis” Restrepo.
Lo cierto del caso es que con la presencia del profesor Luis Alfonso Marroquín, la historia del fútbol colombiano se partió en dos; el reconocimiento a nivel internacional ha sido constante desde su paso por la Selección, los métodos y estilos de entrenamiento son herencias para recoger cosechas localmente que se han visto reflejadas en la exportación de futbolistas. De su famosa escuela “Los Grullitos” salieron jugadores como Neider Morantes, León Darío Atehortúa, John Jairo “Miyuca” Mosquera y Jefferson Duque.
Hoy vive feliz al lado de su esposa Irma, su hija Gina (estudia en EAFIT y practica el voleibol), sus hermanas Gladys y Luz Helena además de su hermano “Tavo”, el más especial de la familia. Luis Alfonso, quien nació en San Jerónimo pero se hizo profesional en Bello, sueña con crear la escuela de técnicos en CENSA, especialmente para ex futbolistas.
Hombres como Marroquín son los que necesita nuestro fútbol: visionario, formador, trabajador y triunfador.